Un episodio distinto, en el que charlamos sobre la traducción literaria, pero desde el punto de vista de una autora.
Romina Garber nació en Buenos Aires, Argentina, y está radicada en los Estados Unidos. Cuando era todavía una adolescente obtuvo su primer trabajo como escritora en una columna dominical para el Miami Herald (College She Wrote), que luego tuvo distribución nacional. Desde entonces no ha dejado de escribir. Es graduada de Harvard y virginiana hasta la médula. Romina es la autora de la saga Zodíaco (que se tradujo a 9 idiomas) y su última novela, Lobizona, además de ser un éxito de ventas, da comienzo a una nueva saga que pronto tendrá su segunda parte, Cazadora.
Romina describe a Lobizona como el libro que a ella le hubiese gustado leer de adolescente. Y cuando nos cuenta la trama, le brillan los ojos como a la protagonista de la novela, Manu. Manu es argentina (como Romi), pero vive en Miami (¡como Romi!). El tema es que ella y su mamá no tienen documentos y un día arrestan a su mamá para deportarla, por lo que Manu se queda sola en el mundo (esto es fantasía, ¡no como Romi!). Ahora solo le queda seguir las pistas que tiene para encontrar a su padre y en esa búsqueda termina en los Everglades, en Miami, «que es el lugar más mágico que tenemos», asegura Romina. Y allí Manu descubre un mundo secreto con criaturas mágicas donde los varones nacen lobizones y las niñas nacen brujas. Como se darán cuenta por el nombre de la novela, Manu no encaja en ese binario. ¡Chan! La novela habla de las etiquetas, dice Romi, del idioma, de la identidad, y tiene mucho de ella misma y de cómo fue crecer como inmigrante en un país extranjero.
El libro está escrito en inglés, pero también incluye muchísimo de cultura argentina, personajes que toman mate, modismos de nuestro país y nuestra variedad de español, ¡claro!
Si bien, por el momento, Lobizona solo está traducido al español, no todo fue sencillo, ¡ojo! Romina cuenta que la novela tiene tantas partes en argentino, que tuvo que pedirle a la editorial que hicieran edición de eso con alguien que dominara nuestra variedad de español y la editorial no tenía a nadie que lo hiciera. Así que Romina recomendó a la traductora de su saga Zodíaco, Jeannine Emery. «Contraten a esta chica que es un flash» tiró Romi, dándole ese voto de confianza a la persona que supo trasladar sus libros a nuestro idioma. ¿No es una anécdota hermosa? Y no solo eso, también la recomendó a la editorial que iba a sacar los libros en español para que los tradujera ella, además de pedirle nuevamente que editara las partes en argentino de la segunda entrega de la saga, Cazadora.
Romina siente que la labor de la traductora es sumamente importante y para ella es un lujo poder contar con una persona en la que confía, porque en otros idiomas no puede tener mucho control ni relación, pero disfruta de tener esta posibilidad con su traductora de español. Incluso, Romi cuenta que su mamá prefiere leer sus libros en español, es decir, que ella también es fan de Jeannine, la traductora. Así que Romina asegura que seguirá pidiendo a Jeannine forever.
Pero ojo, también tiene una anécdota especial sobre ese momento en que vio una traducción que no cumplía con sus expectativas. Fue con su primer libro de Zodíaco, que abría con un poema con rima y cuando recibió un borrador de la traducción al español, no rimaba. Recuerda que enloqueció porque su intención era que fuera fácil de recordar y memorizar y se puso a hacerlo ella. ¡Y confiesa que lo hizo mal! Pero, risas aparte, logró su cometido y la editorial lo corrigió, aunque el sabor de la victoria le duró poco porque enseguida se dio cuenta de que no iba a poder hacer lo mismo con cada idioma al que tradujeran su libro, así que decidió tomárselo con más calma (¡un gran esfuerzo para una virginiana!).
Pero las batallas de Romi no se terminan ahí, y es muy interesante lo que cuenta sobre la traducción de Lobizona porque hubo intentos de “neutralizar” las partes en argentino y Romi no quiso saber nada. Incluso, hasta hubo discusiones con el mate, que aunque es bastante conocido como algo muy nuestro, podría confundirse con el término “mate” /meɪt/ en inglés, y se lo querían poner en itálicas. Ya la vas a escuchar cómo peleó todo, ¡como una loba!
Romina dice que le encanta escribir literatura juvenil porque cree que los adolescentes son los únicos que todavía no se han cerrado a esa noción de que el mundo puede ser diferente. Ella busca que un libro como Lobizona plante semillitas en esa tierra fértil, que sea como una incubadora de empatía que ayude a los lectores a abrir la mente y el corazón a otras realidades, como puede ser la de una persona indocumentada. Romina nos cuenta que muchos de sus lectores pensaban que el libro era una distopía y no se daban cuenta de que todo era parte del Miami de hoy en día, solo porque es una realidad que no conocen.
Cuando llegamos a la pregunta final, Romi nos contó de su mayor crisis, que fue cuando después de 10 años de escribir y escribir y no lograr que le publicaran ningún libro (¡escribió cinco!), pensó en dejar de escribir porque se sentía rechazada y deprimida. Pero una buena amiga, escritora también, logró calar hondo con una pregunta clave y ahí nomás Romi arrancó otra vez. El resultado fue Zodíaco, su primer éxito, y donde plasmó todo eso de no rendirse ante la adversidad y confiar en uno mismo.
Acá encontrás más info sobre esta genia https://rominagarber.com/about/