Un aeropuerto. Una conversación. Una mujer hablaba sobre su experiencia como intérprete en el FBI. Eso bastó para que Marina no pudiera contener su emoción por conocer a una persona tan interesante y la invitara a En pantuflas. Ella es Silvia Merediz.
Silvia fue a un colegio bilingüe en Argentina, por lo que cuando se mudó a Estados Unidos con su familia en 1964 ya manejaba muy bien los dos idiomas. Estudió en Washington, se mudó a Memphis y comenzó su carrera como intérprete en el St. Jude Children’s Research Hospital de forma voluntaria. Continuó sus estudios para poder trabajar en tribunales y, cuando se implementó la certificación legal, Silvia se certificó. Desde 1997, ha estado trabajando como intérprete y traductora en tribunales, prisiones, bufetes de abogados, etc. Ha trabajado para el Ministerio de Trabajo y ha interpretado para personas con cargos muy importantes, como el presidente de Guatemala.
En su trabajo como intérprete, Silvia debe trabajar con personas acusadas de un delito. Su rol, en muchos casos, consiste en facilitar la comunicación entre el abogado y el acusado. El abogado explica al acusado lo que va a suceder y las posibilidades que tiene, y ella luego interpreta de manera consecutiva. Silvia tiene una personalidad muy extrovertida y quizás por eso nunca tuvo temor al ingresar a las prisiones o tratar con criminales, abogados, jueces, etc.
Cuando interpreta en tribunales y habla el juez debe interpretar de manera simultánea. Se ubica en la mesa de la defensa, donde se sienta el abogado defensor y el acusado, y habla por un micrófono en voz baja para que las personas que tienen el audífono escuchen solamente la versión en su idioma. Para esto, dispone de aparatos que provee el tribunal. Silvia destaca que es primordial tener en claro que cuando se está hablando en nombre del acusado, se debe hablar en primera persona, y cuando el intérprete quiere hacer una petición al juez, debe hablar en tercera persona. En todo momento, las partes deben actuar y hablar como si el intérprete no estuviera allí.
Algunos de los desafíos que se le presentan al momento de interpretar son las frases idiomáticas y el humor, pero también los regionalismos y el acento de hispanohablantes de distintos países. En cuanto a esto, comenta que siempre ha podido resolver la situación aclarando la terminología con la parte en cuestión.
Silvia aconseja a otros intérpretes tener seguridad en sí mismos, ya que se trata de una profesión en la que si uno se pone nervioso y no tiene confianza en uno mismo, se vuelve realmente muy difícil. Es necesario pararse frente al público y mantener la calma. Hay que practicar constantemente, leer permanentemente y prepararse para el tema que se va a interpretar. Continuar aprendiendo es fundamental.