En el episodio de hoy hablamos sobre la ciencia que se ocupa de estudiar la relación del lenguaje con el cerebro: la neurolingüística. Adolfo García, nuestro invitado experto en el tema, nos explica qué cambios ocurren en el cerebro de las personas bilingües y cómo se manifiestan.
Adolfo es especialista en neurociencias del lenguaje. Se recibió de traductor técnico-científico en lengua inglesa y profesor de inglés, y posteriormente obtuvo un doctorado en Letras con el apoyo de una beca del CONICET. En su tesis, acreedora de una mención de honor, formuló el primer modelo neurocognitivo de los sistemas de reformulación interlingüística en bilingües. Luego, extendió su formación lingüística como becario posdoctoral del CONICET en el Instituto de Neurología Cognitiva, INECO, y realizó instancias de formación e investigación sobre neurolingüística en la Universidad de Nueva York y en la Universidad Rice de Estados Unidos. Actualmente, cuenta con más de 90 publicaciones y sus trabajos han aparecido en revistas de prestigio mundial.
Adolfo define la neurolingüística como un campo científico que estudia los aspectos cerebrales del lenguaje. Se trata de un campo interdisciplinario que trata de entender cómo el cerebro humano procesa, produce, comprende, adquiere y pierde sus capacidades lingüísticas. Los procesos cerebrales –como la percepción visual, el reconocimiento de formas, la toma de decisiones y otros procesos lingüísticos– dependen de redes que están distribuidas en el cerebro. En el cerebro bilingüe hay mecanismos que la lengua materna y las adquiridas posteriormente comparten y otros que son distintos. Asimismo, existen mecanismos neurocognitivos que se van modificando por la experiencia bilingüe. Se podría afirmar que, en principio, hay cambios en el cerebro que parecen ser distintivos del bilingüismo.
En lo que respecta específicamente a los intérpretes, Adolfo asegura que “en ciertos procesos lingüísticos los intérpretes son más eficientes que los bilingües no intérpretes”. Los intérpretes muestran una memoria de trabajo más desarrollada y tienen facilidad para recordar secuencias de números o palabras.
Las investigaciones que ha realizado Adolfo también tienen implicancias en el área de la salud. Por ejemplo, una de sus investigaciones lo ha llevado a pensar que ciertos estudios podrían ayudar a detectar el Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas motoras mucho antes de que se manifiesten. Se trata de una investigación en curso que aún debe comprobarse, pero la lógica y las pruebas ya obtenidas demuestran que es muy factible que así sea.
Para finalizar, Adolfo nos habla de las actividades que son favorables para el desarrollo de los procesos cerebrales y las que son perniciosas. Algunos ejemplos de factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y cerebrales son el sedentarismo, el tabaquismo y la falta de sueño sostenido. Los factores que tienen el potencial de ser neuroprotectores son mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio físico sostenido, mantener lazos sociales activos y realizar actividades que lo saquen a uno de la zona de confort y lo desafíen intelectualmente.