¿Alguna vez te encontraste con malos subtítulos mientras mirabas una película? ¿Errores de traducción? ¿Tipeo? Ninguna persona es infalible y muchas veces los lapsus ocurren, sin embargo, no contar con una persona que garantice la calidad de un producto audiovisual podría considerarse un error aún más grave. En el episodio de hoy conversamos con Ana Salotti, responsable del control de calidad de subtítulos y doblajes para una reconocida compañía mundial de streaming.
Ana estudió la carrera de traducción técnico-científica y literaria y realizó una maestría en estudios de traducción e interpretación en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney, Australia, donde residió dos años. Durante sus doce años de carrera profesional, se ha especializado en la traducción audiovisual y en las ciencias naturales. Ha subtitulado cientos de películas para el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Además, es viceadministradora de la nueva División Audiovisual de la American Translator’s Association y reside en los Estados Unidos desde hace cuatro años.
Ana trabajó como traductora audiovisual durante muchos años antes de pasar a ocuparse del control de calidad. Para ella, esa transición fue muy natural; habiendo traducido tantos subtítulos y observado tantos patrones, sentía que ya contaba con las herramientas para revisar el trabajo de otras personas. La tarea de control de calidad en productos audiovisuales difiere de otros tipos de controles de calidad en que deben tenerse en cuenta dos aspectos: las especificaciones técnicas y la traducción propiamente dicha. En cuanto a lo primero, se debe prestar atención particularmente a la sincronización, la duración mínima del subtítulo en pantalla, la división de líneas del subtítulo, los cambios de escena, etc. En lo que respecta a la traducción en sí, el principal problema que ella ha observado es que muchos traductores se olvidan de mirar el video y, en parte, esto explica algunos de los disparates que a veces se leen en los subtítulos.
Ana reconoce que no todas las productoras o plataformas de streaming contratan personas responsables del control de calidad. Si bien en este tipo de productos la calidad es intangible, influye directamente sobre la experiencia de la audiencia. Cuando algo está mal o no está del todo bien, molesta y esto hace que los espectadores no puedan disfrutar del contenido audiovisual. El objetivo del control de calidad es bridarle a la audiencia una experiencia lo más parecida posible a la experiencia que tuvo la audiencia del contenido original. Contar con un equipo de localización que realice el control de calidad hace que los errores se minimicen.
En relación con la División Audiovisual de la ATA, Ana nos cuenta que esta se encuentra en su etapa inicial, ya que se creó hace muy poquito. El equipo está formado por un grupo de alrededor de 10 personas y, entre otras cosas, están trabajando en la creación de un sitio web, un boletín de noticias, la organización de webinars y la logística para traer oradores a las conferencias anuales de la ATA. El objetivo es poder educar tanto a traductores como a la industria y servir de enlace entre ambos. Las personas interesadas en colaborar con la división pueden hacerlo poniéndose en contacto con ella; el único requisito es ser miembro de la ATA.