El estilo de vida del traductor o intérprete freelance muchas veces es envidiado por aquellos que trabajan en relación de dependencia. La flexibilidad horaria, la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y la capacidad de tomarse días libres son solo algunos de los beneficios. Sin embargo, algunas características de este estilo de vida influyen sobre su salud física y mental. En este episodio, conversamos con Flor Montero, especialista en estrés laboral y salud mental.
Ella estudió la licenciatura en Interpretación de Conferencias y luego la maestría en Psicoterapia (ericksoniana y corporal). Actualmente, se dedica a las dos profesiones. Como intérprete, tiene más de 22 años de experiencia trabajando en varios países e interpretando muy diversos temas. Es invitada frecuente en universidades y congresos internacionales de nuestro gremio para hablar de temas de estrés laboral y salud mental. Cabe mencionar que, en su práctica clínica, una gran parte de sus pacientes son justamente intérpretes y traductores. Ella escribe un blog de mindfulness y tiene un canal de YouTube de meditaciones terapéuticas.
Flor afirma que en el ejercicio de ambas profesiones, estas han podido nutrirse una de la otra. En lo que respecta a la interpretación, esta labor le permite interactuar con personas de distintas profesiones y comprender mejor las situaciones a las que se enfrentan en cada rubro. La empatía, señala ella, es vital para la psicoterapia. Del mismo modo, la psicoterapia le ha permitido aplicar técnicas para controlar el estrés durante la interpretación, como el buen uso de la respiración, saber tomar distancia, etc.
Si bien los ámbitos en los que se desempeñan el traductor y el intérprete son distintos, en ambos pueden presentarse situaciones de estrés. El traductor tiene tendencia a estar encerrado, trabajar en silencio, mantenerse mucho tiempo en la misma posición, recibir encargos que los clientes quieren para el día anterior, etc. Uno de los factores de incertidumbre más grandes con los que debe lidiar el traductor es no saber cuándo llegará el próximo trabajo ni cuándo llegará cada pago. Podría decirse que los traductores tienen constantes pruebas de resistencia.
Por otro lado, los intérpretes se enfrentan a cambios constantes. De una interpretación a la otra cambia el tema a interpretar, el orador, el lugar de trabajo, etc. El intérprete padece una sensación de gran incertidumbre todo el tiempo y en la mayoría de los casos siente que en la sala él o ella no es el experto en el tema. Jamás tienen en el control de las cosas y su mente debe ser muy rápida para tomar decisiones en instantes. Podría decirse que los intérpretes tienen constantes pruebas de velocidad.
Flor comenta que todo esto hace que al final del día nos cueste mucho conciliar el sueño. La ansiedad suele ser el problema más grande en ambas profesiones, dado que al sistema nervioso le cuesta mucho autorregularse. Para ella, es fundamental estar atentos a la calidad de pensamientos que tenemos.
RECURSOS:
Canal de YouTube con meditaciones